Cosmos: Un caos familiar entre líneas - Lorena Salazar Masso
Lorena Salazar Masso
Crítica
Obra: Cosmos, Witold
Gombrowicz
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Cosmos: Un caos familiar entre líneas.
Witold Gombrowicz en Cosmos muestra la necesidad que todo ser humano tiene de buscar orden dentro del caos. Siendo orden algo subjetivo a cada ser humano,
pues cada quien busca establecerse dentro de lo que para él tiene sentido.
El caos del que hablaré en este caso, es el caos inicial. Aquél que está en el ser humano desde el nacimiento y que lo acompaña hasta el día de su muerte:
el caos familiar. A lo largo de la historia, el protagonista hace referencia a sus problemas familiares y al pasado,
especialmente cuando una situación se torna tensa, vuelve al pasado y busca la causa de sus problemas en el problema madre: su familia. Esto, quizás, sin darse cuenta,
como una queja natural y cotidiana del ser humano.
“…por otra parte, estaba el fatigoso viaje en tren, la noche llena de ruidos ferroviarios, el sueño, el aire, el sol, la marcha con Fucks, mi madre, Jasia, el conflicto provocado por aquella carta, mi frialdad hacia Román, mi padre, incluso los problemas de Fucks con el director de su oficina…” (Gombrowicz)
La niñez
El ser humano es obediente por naturaleza. Es, quizás,
lo que mejor sabe hacer. Por eso, lo que los padres dicen a los niños, consciente o inconscientemente, de pequeños, es algo que ellos se encargarán de cumplir y llevar a la realidad durante toda su vida, sin importar si es algo negativo o positivo. Formar una familia, trae consigo una responsabilidad que va más allá de enseñarles a los niños a leer y a escribir. Con ellos, ninguna palabra puede quedar desatendida pues termina instalándose dentro de sí y causando problemas de allí en adelante.
“Me sentí desconcertado. Yo, después de haber dejado aquello, allá, en Varsovia, me hallaba aquí metido ahora en esto que apenas comenzaba…” (Gombrowicz)
Es muy difícil para el hombre desligarse de las impresiones de la niñez. Pero esto no se tenía en cuenta anteriormente. Aun hoy, muchos padres no son conscientes de ello, desligan a los niños de la responsabilidad de aprender los valores esenciales para vivir o simplemente no les dan la importancia que tienen a falta de visión futurista de la sociedad.
Pero antes de esto, es importante hablar de la historia de los niños para comprender el porqué del desapego informativo de algunas familias.
“A partir del siglo XII se evidencian signos de ternura y de interés por las fases del desarrollo de los niños, sentimientos que fueron penetrando cada vez más en la sociedad occidental.
En esta época se observa una vez más un cambio en cuanto a la representación social del niño, ya que se despierta un interés por los muy pequeños y por su desarrollo, factores que anteriormente no existían”. (Lora, 2018)
Ausencia de interés que se ve reflejada en frases como esta:
“Esas lamentaciones de Fucks malquerido me asociaban con mi salida de Varsovia, salida sin entusiasmo y llena de desprecio…” (Gombrowicz)
La vida de los niños tiempos atrás se debatía entre salvarse de no morir y ganarse el afecto emocional de las personas que tenían cerca, fueran o no sus padres,
porque muchos de ellos eran abandonados como animales. Lo cual se convertía en una cadena de error, pues todo esto quedaba grabado en ellos, que a su vez lo repetían más adelante con otros niños.
“Posteriormente en el siglo XIX Rousseau, logró que un amplio grupo de personas creyera que la infancia era merecedora de la atención de adultos inteligentes, así mismo en este siglo surge la idea de que la lactancia es buena para las madres,
y se desecha la participación de las nodrizas”. (Lora, 2018)
Sin importar el tiempo que ha pasado,
hoy se siente la ausencia del respeto frente al concepto de niñez. Todo, por supuesto, tiene dos caras. Están los padres y grupos familiares para los que los niños son tomados como una “bendición divina”. Niños que crecen con los mejores cuidados que los padres pueden permitirse. Y están los que llegan como una desgracia y no queda más que alimentarlos y convertirlos en mano de obra cuando sus capacidades motoras se lo permitan. Ambas situaciones tienen algo en común: los comportamientos desatendidos de los padres,
aquello que dicen o hacen, sin ser conscientes de que los actos son el ejemplo más profundo. Claro está que algunos actos se llevan a cabo en plena conciencia del daño, pero en este caso, hablamos de lo que se dice sin pensar en las consecuencias a futuro y que poco a poco va sembrando el caos en la familia.
“Piaget describe estadios del desarrollo cognitivo, desde la infancia hasta la adolescencia, como estructuras psicológicas que se desarrollan a partir de los reflejos innatos, se organizan durante el segundo año de vida como modelos de pensamiento y se desarrollan durante la infancia y la adolescencia en complejas estructuras que se caracterizan en la vida adulta”. (Lora, 2018)
Reflejado en el personaje que no es capaz de desligar los hechos actuales con su problema madre: la familia.
“Drozdowsky lo había vuelto así. Volví a sentirme furioso por figurar a su lado, yo, que además tenía problemas en Varsovia, con mi familia, problemas revulsivos, desagradables; ni modo, mala suerte…” (Gombrowicz)
“Periodo Pre Operacional: Se inicia aproximadamente a los 2 años y termina aproximadamente a los 7 años, es un periodo en el cual se empieza a consolidar el lenguaje, con este logro dice el autor se observan grandes procesos en el pensamiento y el comportamiento emocional y social del niño”. (Lora, 2018)
No se puede saber exactamente en qué momento se dio el quiebre entre la relación del protagonista Witold y sus padres, pues no da mayor información que las quejas llenas de odio y frustración. Pero muchos estudios dejan claro que lo que pasa de los 7 años en adelante no es más que una serie de repeticiones de patrones instalados desde una temprana edad. Incluso desde el periodo de
gestación.
“Las formaciones del inconsciente en el niño no son siempre de un orden tan sutil como pueden serlo los lapsus, chistes, aparecen en las palabras, conductas, obras masivamente repetitivas y ciegas”. (Mimenza, 2017)
“…Fucks me desagradaba, incluso me ponía furioso, pues todo lo que hacía y decía provenía de Drozdowski, de la antipatía de aquél, del hecho de que no lo soportara, no lo tolerase, no lo… Bueno, quizá si yo mismo no hubiese tenido tantos problemas con mis padres en Varsovia…” (Gombrowicz)
En una obra que da cabida a un gran número de interpretaciones, no se puede dejar a un lado, más cuando se hace tan presente, el peso familiar que quiere transmitir el autor. Para el protagonista, sus padres podrían ser los culpables de cada evento que sale mal en la narración. Es la zona cómoda,
la bolsa de argumentos y excusas.
Claro está, entonces, la importancia de las relaciones familiares en la forma como nos desempeñamos en la sociedad. Pero a medida que el ser humano va creciendo, su espectro se va ampliando. Cuenta con el libre albedrío y el poder de decisión de cambiar los hechos que se presentan.
“En esta etapa la autoestima tiende a variar producto de las inseguridades
y los descubrimientos propios de la adolescencia, A través de la
experimentación el adolescente va a ir probando diferentes maneras de ver la
vida, quedándose e introyectando algunos aspectos y variando otros. Se busca
una identidad propia, búsqueda que con el tiempo cristaliza en una personalidad
diferenciada”. (Mimenza, 2017)
¿Se podría decir que todo lo que pasa en la historia es culpa de los padres del protagonista? Aquí las interpretaciones están a carta abierta. Pero la presencia en el texto y la referencia constante hacia el pasado por parte del autor, hace que sea imposible no pensar en cómo los valores de familia afectan la sociedad.
“Pensaba que cuando se viaja, las cosas carecen de importancia”. (Gombrowicz)
El protagonista lo hizo todo para intentar escapar a una serie de problemas en Varsovia, pero llevó sus problemas y formó con ellos una bola de nieve que fue creciendo a medida que avanzaba la historia.
No se trata de poner toda la responsabilidad en los padres de la humanidad, pero sí de mostrar hasta qué punto lo que decimos a un ser humano de 2 años, puede marcar su desempeño social, incluso 30 años después. Y con él, el orden de toda la sociedad. Es una obra que lo deja claro a través de una historia tan llena de matices, como la vida misma.
“En conclusión: escalofríos, reumas, fiebres, Lena enfermó de anginas, fue necesario llevar un taxi de Zakopane, enfermedades, médicos, en fin, todo cambió y yo volví a Varsovia, mis padres, el conflicto permanente con mi padre, y otras historias, problemas, dificultades, complicaciones”. (Gombrowicz)
REFERENCIAS
Aries P., El Niño y la Vida Familiar en el Antiguo Régimen.
Cordie A., Un Niño Psicótico.
Domic J., Niños Trabajadores: la Emergencia de Nuevos Actores Sociales.
Freud S., Tres Ensayos sobre una Teoría Sexual y otras obras.
Freud S., Tres Ensayos sobre una Teoría Sexual y otras obras.
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