Lectura crítica. Primer semestre                                                                                  Prof. Ignacio Ferrando

Novela: El corazón de la tinieblas

Alumno.: Ramón Hermosilla



              LA ESTRUCTURA NARRATIVA DE EL CORAZÓN DE LAS TINIEBLAS

           

            El Corazón en la Tinieblas comienza con un narrador inicial (que hace pensar que será el principal) que, conforme nos cuenta es un marinero que navega junto a otros tres compañeros (el abogado, el contable y Marlow) y el director de la compañía propietaria del barco, por el río Támesis. Este marinero, tras describir a sus otros dos compañeros y al director de manera muy fugaz, se fija de manera especial en Marlow. A partir de esta “puesta en escena”, Marlow, perfectamente dibujado por el narrador inicial, se “apropia” de la palabra para contar su experiencia cuando fue “marinero de agua” dulce (como literalmente dice) en el continente africano. Concretamente en el río Congo.

            Marlow, actuará desde entonces como “contador” de su historia que es, in fine, la narración de la novela. Conrad nos cuenta la historia a través de Marlow.

            De este modo, lo que Conrad hace, es una narración dentro de otra narración. La primera narración se escribe en tiempo presente describiendo la imagen y la situación en la que el segundo narrador evoca una historia de su vida acaecida en el pasado.

            No es por tanto una narración tradicional o lineal desde el momento inicial, sino que se rompe o suspende, de algún modo, la imagen para “escuchar” la historia de Marlow que, a su vez, nos contará la historia de otro personaje llamado Kurtz.

            La historia lineal existe, sin embargo, en la narración de Marlow. La historia que nos cuenta Marlow sí tiene una estructura lineal. Está cronológicamente perfectamente planteada de principio a fin y nos relata, con gran detalle, los personajes de ésta, sus sentimientos, sus miedos. Nos explica claramente el conflicto interior del protagonista de su historia (Kurtz) en el marco de la experiencia de la colonización para desembocar en un final en mi criterio excesivamente rosa con una imagen muy “novelada” (valga la analogía).

            Esta técnica narrativa, de incrustar una narración en otra, se denomina narrativa enmarcada y consiste precisamente en incluir una historia dentro de otra de manera que la historia principal queda interrumpida por la que se “inmiscuye”.

            El narrador inicial se detiene o ausenta ante la presencia de otro narrador que le “quita la palabra” para contar otra historia y se convierte en mero oyente. El narrador “principal”, como el resto de los compañeros que viajan junto a él por el Támesis, se quedan en un segundo plano, pero presentes. El autor utiliza un personaje, que no nos describe, para presentarnos al narrador de la historia que quiere transmitir.

            Ciertamente en el Corazón de las tinieblas la historia está dentro de la historia, es decir, el relato que nos cuenta Marlow es toda la novela hasta el punto de que el narrador con el que empieza el libro no es más que un presentador y no alguien que represente o transmita o influya en la historia más allá quizá que para dimensionar el relato mismo.

            La poca relevancia (relativamente) que este narrador inicial tiene me hace pensar que el autor (Conrad) lo utiliza para tomar distancia del relato y convertirlo en una historia-ficción (anécdota) mas del marinero Marlow. Así el narrador inicial (el marinero compañero de Marlow), al describirlo literalmente dice:

           

            “Pero Marlow no era típico hombre de mar (si se exceptúa su afición             a relatar historias), y para él la importancia de un relato no estaba          dentro de la nuez sino afuera, envolviendo la anécdota de la misma             manera que el resplandor circunda la luz, a semejanza de uno de esos          halos neblinosos que a veces se hacen visibles por iluminación             espectral de la claridad de la luna”

            O incluso unas páginas más adelante:

            Comprendimos que, antes de que empezara el reflujo, estábamos    predestinados a escuchar otra de las inacabables experiencias de   Marlow.”

            Esta forma de presentarnos a Marlow nos hace dudar de la veracidad o, por lo menos de la veracidad completa, del relato mismo que “enmarca” dentro de la historia por cuanto no la escribe (cuenta) alguien que es un narrador objetivo e imparcial, sino que se encuadra en la subjetividad y diseño de un contador de experiencias y anécdotas (como es el marinero Marlow).

            Finalmente, en un movimiento cíclico, al final de la novela vuelve a aparecer el narrador-presentador de Marlow para cerrar el texto y recordarnos que quien ha contado la historia es él.

           

                                                                                   Ramón Hermosilla Gimeno

                                                                                               Octubre 2018




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