El ser y sus sombras
El ser y sus sombras
Los grandes cambios son
definición de avance, pero y si no es así y esa innovación sólo nos acerca al
sin sentido, o será que esa “mejora” es un retroceso hacia lo que podríamos ser:
efímeros y variables seres sujetos a condicionantes.
Joseph
Conrad devela en El corazón de las
tinieblas las debilidades y oscuridades del alma, la lucha de los
individuos entre el bien y mal, la proyección y obsesiones del ser. Expone la
sinrazón, el horror de la explotación colonial ejercida por el hombre de
progreso que somete, despoja, divide y desarraiga y conduce a la soledad. Pero,
¿cómo lo hace?
Utiliza
recursos del impresionismo que tiene como objeto conseguir una representación
espontanea y directa de la realidad. Planteando el uso de descripciones sugerentes, uso de colores puros y
brillantes para expresar fugacidad y cambio, característica principal de este
estilo que veremos en los siguientes ejemplos:
Y por fin, en un imperceptible y elíptico crepúsculo, el
sol descendió, y de un blanco ardiente pasó a un rojo desvanecido, sin rayos y
si luz, dispuesto a desaparecer súbitamente, herido de muerte por el contacto
con aquellas tinieblas que cubrían a una multitud de hombres. [1]
El borde de una selva colosal, de un verde tan oscuro que
llevaba casi al negro, orlada por el blanco de la resaca, corría recta como una
línea tirada a cordel, lejos, cada vez más lejos, a lo largo de un mar azul,
cuyo brillo se enturbiaba a momentos por una niebla baja. Bajo un sol feroz, la
tierra parecía resplandecer y chorrear vapor. [2]
En el
impresionismo literario:
1)
los cuerpos adquieren bidimensionaldad y contraste.
La luna extendía sobre todas las cosas una fina capa de
palta, sobre la fresca hierba, sobre el muro de vegetación que se elevaba a una
altura mayor que el muro de un tiemplo, sobre el gran río que resplandecía mientras
corría anchurosamente sin un murmullo. [3]
2)
Se perciben mediante registros auditivos (aliteraciones).
“Seis negros avanzaban en fila, ascendiendo con esfuerzo visible en sendero.” [4]
“Los remeros eran negros.”[5]
“Una pesada y sorda detonación hizo estremecerse la tierra, una bocanada de
humo salió de la roca; eso fue todo.”[6]
3)
Visuales (prosopopeya):
El viejo río reposaba tranquilo, en toda su anchura, a la
caída del día, después de siglos, de buenos servicios prestados a la raza que
poblaba sus márgenes, con la tranquila dignidad de quien sabe que constituye un
camino que lleva a los más remotos lugares de la tierra.[7]
[…], un caudaloso gran río, que uno podía ver en el mapa, como una inmensa
serpiente enroscada con la cabeza en el mar, el cuerpo ondulante a lo largo de
una amplia región y la cola perdida en las profundidades del territorio. [8]
4)
Sensoriales (sinestesia) y la conjunción de espíritu con
el paisaje.
[…] y entonces, de las profundidades de la selva, surgió un lamento trémulo y
prolongado. Expresaba dolor miedo y una absoluta desesperación, como podría uno
imaginar que iba a seguir a la pérdida de la última esperanza en la tierra. [9]
De pronto su aspecto se volvió lúgubre. Su cara parecía
un cielo de otoño, ensombrecido un momento para despejarse al siguiente. [10]
También lo
vemos en la acumulación de datos y conceptos impregnados de matices cromáticos con
el uso adjetivos que remiten al color y sonido. “Una corriente vacía, un gran silencio, una selva impenetrable. El aire era
caliente, denso, pesado, embriagador.” [11]
Una bruma blanca, caliente, viscosa, más cegadora que la
noche, empañó la salida del sol. Ni se disolvía, ni se movía. Estaba
precisamente allí, rodeándonos como algo sólido. [12]
Lo
identificamos como estilo de notas o de diario (frases nominales yuxtapuestas)
estilo que reproduce imágenes desarticuladas (impresión momentánea). Las notas
están representadas por comillas angulares que marcan el cambio de pensamiento
de narrador:
«El director volvió a aparecer
silenciosamente en el umbral de la puerta. Salí en seguida y él corrió la
cortina detrás de mí. El ruso, observando con curiosidad por los peregrinos,
miraba hacia la playa. Seguí la dirección de su mirada.»
«Oscuras formas humanas podían
verse a distancia, deslizándose frente al tenebroso borde de la selva, y cerca
del río dos figuras de bronce apoyadas en largas picas estaban en pie a la luz
del sol, las cabezas tocadas con fantásticos gorros de piel moteada; un par de
guerreros inmóviles en un reposo estatutario. De derecha a izquierda, a lo
largo de la orilla iluminada, se movía una salvaje y deslumbrante figura
femenina.»[13]
Otro
rasgo es que los personajes tienen papeles fundamentales y presentan su
realidad al manifestar sensaciones (brochazos psicológicos materializados por
sensaciones ópticas, olfativas, acústicas, terminas, gustativas, táctiles,
cinéticas e internas que parte del ambiente en el que se desarrolla la acción.
El rostro, los modales y la voz eran vulgares. Era de
mediana estatura y complexión fuerte. Sus ojos, de un azul normal, resultaban
quizá notablemente fríos, seguramente podía hacer caer sobre alguien una mirada
tan cortante y pesada como un hacha. Pero incluso en aquellos instantes, el
resto de su persona parecía desmentir tal intención. Por otra parte, la
expresión de sus labios era indefinible, furtiva, como una sonrisa que no fuera
una sonrisa. […] Producía una sensación de inquietud.[14]
Otra
manera de usar el impresionismo literario es poner énfasis en el estado de ánimo
que nos dará una impresión de la realidad. “[…] nunca, aquella tierra, el río, la
selva, la misma bóveda de ese cielo tan resplandeciente, me habían parecido tan
desesperados y oscuros, tan implacables frente a la fragilidad humana.”[15]
[…] mientras que yo me sentía de pronto transportado a una región oscura de
sutiles horrores, donde un salvajismo puro y sin complicaciones era un alivio
positivo, algo que tenía derecho a existir, evidentemente, bajo la luz del sol.
[16]
Los
personajes representados en este movimiento son sujetos pasivos y sumidos en
ambiente enfermizo. Aquí Conrad expone al Congo y Bélgica como lugares
dolientes.
La manta que lo cubría cayó y su cuerpo surgió lastimoso
y descarnado como de una mortaja. Podía ver la caja torácica, con las costillas
bien marcadas. Era como si una imagen animada de la muerte, tallada en viejo
marfil, hubiese agitado la mano amenazadora ante una multitud inmóvil de
hombres hechos de oscuro y brillante bronce. Le vi abrir la boca; lo que le dio
un aspecto indeciblemente voraz, como si hubiera querido devorar todo el aire,
toda la tierra, y todos los hombres que tenía ante sí.[17]
[…] en la ciudad sepulcral, sin poder tolerar la contemplación de la gente que
se apresuraba por las calles para extraer unos de otros un poco de dinero, para
devorar su infame comida, para tragar su cerveza malsana, para soñar sus sueños
insignificantes y torpes. [18]
Por
último, el impresionismo narrativo parte de las sensaciones que se producen en
los personajes (subjetividad). “Sentí un peso intolerable que oprimía mi pecho,
el olor de la tierra húmeda, la presencia invisible de la corrupción
victoriosa.”[19]
La finalidad del movimiento impresionista la podemos leer en misma novela:
“[…] y para él la importancia de un relato no estaba dentro de la nuez sino
afuera, envolviendo la anécdota de la misma manera que el resplandor circunda
la luz, a semejanza de uno de esos halos neblinosos.”[20]
Estas técnicas son empleadas por Conrad para, a través de este baile
soporífero, viajar a través del Corazón
de las tinieblas y cuestionarnos si los avances a su vez significan un
retroceso en la transformación del ser humano.
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