Los excluidos de Elfreire Jelinek

Literatura crítica





                                    Los excluidos o el “todo sigue igual”



La Novela de Elfreire Jelinek  “Los excluidos” es una retrato hiperbolizado de la sociedad austriaca post segunda guerra mundial con intención de molestar al lector para evidenciar la realidad social que se generó en ese país.

            Para mostrar esta circunstancia Jelinek elige cuatro adolescentes con singularidades que la autora encuadra en los distintos estamentos sociales existentes en esos momentos, cada uno con su herencia del trauma. Sophie la hija de burgueses antes y después de la guerra enriquecidos con la guerra e instalados en el desahogo económico (nada cambia), Hans muchacho de procedencia obrera huérfano de padre que falleció aplastado por una piedra “genuinamente austriaca” y madre atrapada en su papel de trabajadora incansable y, finalmente, dos mellizos, Rainer y Anna, dos jóvenes con aspiraciones artísticas (Rainer de poeta y Anna de pianista), hijos de padre ex SS que sigue su diatriba perversa y de “investigación maléfica” otrora de los campos de concentración experimentando con su mujer la porno-fotografía y maltratándola.

            Como telón de fondo la insatisfacción vital que les une a los cuatro frente a la sociedad y frente a ellos mismos. Insatisfacción que vuelcan, por un lado, atracando y pegando a individuos elegidos al azar en claro ataque al sistema con violencia indiscriminada y, por otro, a través de un deseo sexual con pretensión de amor que utiliza Jelinek como espejo de la sociedad de la época. Rainer desea a Sophie a la que también desea Hans, pero éste tiene una relación sexual con Anna que le desea a su vez a él , pero que no es correspondida. Sophie juega según se le antoja con Hans y con Rainer e ignora a Anna. Es decir, Sophie, la burguesa, se ríe de Hans (clase obrera) y de Rainer (el intelectual) “Hans es una pelota inconsciente con la que juegan Sophie y los elementos, Rainer no es inconsciente sino autosuficiente”. Anna no existe para Sophie. Anna, ahoga su insatisfacción en sexo y música y nada le sacia . ella odia a sus padres y desea a Hans (recordemos que Jelinek era pianista).

            La estructura es compleja, casi sin diálogos y los que hay están integrados en el texto de manera compacta que permiten al lector vivir la situación y el ambiente de manera muy cercana. Cambia de narrador a lo largo de la novela siendo la base un narrador omnisciente , en ocasiones cambia una primera persona de una manera magistral que no se percibe sino es en una segunda lectura.

            El lenguaje es certero y directo, se asimila a las características del realismo sucio y no oculta su intención de herir al lector. Describe las imágenes de sexo desde el lado femenino, sin pudor, reivindicando su postura feminista y revelándose frente al machismo imperante en la sociedad.

            En la novela, aparece una intertextualidad con autores existencialistas a través de Rainer fundamentalmente con Camus y su obra “El extranjero” al que, explícitamente, cita Rainer, aunque también aparecen otros como Bataille o referencias como “Crimen y Castigo “.

            Rainer, que huye de todo lo que su familia y la sociedad en la que vive representa, se refugia en una intelectualidad subversiva, lidera el grupo de los cuatro, o quizá mejor sería decir que cree liderar, intenta alejarse de su padre al que odia. Rainer acaba matando a toda su familia en una acto sin sentido como colofón dramático a una historia de vidas sin esperanza en la que la sociedad austriaca está instalada. Han pasado una guerra y nada ha cambiado, los estereotipos siguen igual de presentes. Todo sigue igual.

            Como último acto del absurdo, Rainer oculta todas las pruebas, se hace con una coartada para terminar confesando voluntariamente su asesinato.

            Jelinek, premio Nobel de literatura que no acudió a recoger el premio alegando fobia social, no acude a los estrenos de sus obras de teatro, es una escritora desafiante y feminista militante, que ha sido muy criticada -y hasta censurada- en su país por pornográfica y radical de izquierdas, ha encontrado en sus libros un altavoz de denuncia altamente eficaz, que ha amplificado con gestos como publicar sus obras en abierto en internet, como otro acto más de rebeldía y enfrentamiento al mundo capitalista en el que están instalados los editores y el mundo (cuando menos) el occidental.

            Es una autora tan desafiante en sus textos como en su vida y la incomodidad que transmite su personalidad, la proyecta, a la perfección en sus textos, molestando y enganchando a partes iguales.



                                                                                                          Ramón Hermosilla

           


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