UNA DE DETECTIVES: FARABEUF
Por Maeva Ortiz
La obra de Salvador Elizondo se enfrenta a múltiples interpretaciones que de ella se pueden extraer y de la cuales fue víctima el propio autor: «Las explicaciones de Farabeuf las estoy formulando y todavía no las acabo de crear a estas alturas; cada vez que me preguntan invento una». Podríamos empezar afirmando que en esta novela no hay historia, ni aventuras, ni amores, que en este libro no pasa nada, nunca pasa nada.
Sin embargo, utilizaremos un instante, la crónica de un instante, para demostrar que todo este momento trascurre dando las pistas de un suceso, un único suceso, que es el momento exacto en que se pasa de la vida a la muerte.
Elizondo propuso en su obra unir esos dos instantes en uno solo episodio al más puro estilo del género policial.
Características del género policial
Es un género literario del tipo narrativo.
Si te hubieras vuelto hacia mí en ese instante no te hubiera reconocido tocada con aquella cofia, manchado tu uniforme blanco de enfermera con la sangre de algún desconocido al que hubiera amado en tu memoria. (pág. 22. Farabeuf / Salvador Elizondo. 7ª Ed. México: FCE, 2009).
Siempre es una ficción, incluso cuando pueda estar basado en sucesos reales.
Aspects Médicaux de la Torture Chinoise… Précis sur la Psychologie… no, Physiologie…y luego decía algo así como: renseignements pris sur place à Pekin pendant la revolte des Chinois en 1900… el autor era H.L. Farabeuf… avec planches et photographies hors texte…Esto es lo que yo recuerdo. (pág. 23. Farabeuf / Salvador Elizondo. 7ª Ed. México: FCE, 2009).
En todos los policiales hay dos elementos infaltables: un delito, en principio inexplicable;
Quisieras olvidar la sensación que producía aquel objeto oceánico, putrefacto, entre tus dedos. Es preciso que yo lo reviva todo en tu memoria renuente; cada uno de los detalles que componen esta escena inexplicable. (pág. 17. Farabeuf / Salvador Elizondo. 7ª Ed. México: FCE, 2009).
y un personaje que lo resuelven gracias a su sagacidad intelectual.
—“Es usted una persona en extremo meticulosa, doctor Farabeuf. Esa meticulosidad ha contribuido, sin duda, a hacer de usted el más hábil cirujano del mundo. ¿Está usted seguro de no haber olvidado nada? Cualquier indicio de su presencia en esta casa puede tener consecuencias terribles e irremediables. (pág. 12. Farabeuf / Salvador Elizondo. 7ª Ed. México: FCE, 2009).
También el criminal (antagonista) suele poseer una inteligencia extraordinaria, y muchas veces gusta de dejar pistas en forma de acertijos. 
—Deberá usted hacer, entre otras muchas, las siguientes preguntas: 
1) Si es que somos tan sólo la imagen en un espejo, ¿cuál es la naturaleza exacta de los seres cuyo reflejo somos?
2)Si es que somos la imagen en un espejo, ¿podemos cobrar vida matándonos?
3) ¿Es posible que podamos procrear nuevos seres autónomos, independientes de los seres cuyo reflejo somos, si es que somos la imagen en un espejo, mediante la operación quirúrgica llamada acto carnal o coito? (pág. 94. Farabeuf / Salvador Elizondo. 7ª Ed. México: FCE, 2009).
Es un género urbano; es decir, que desarrolla su trama en la ciudad.
Al llegar la primera vez ante la puerta no entró y volvió sobre sus pasos para dirigirse nuevamente al Carrefour a esperar el autobús que lo llevaría a casa en el otro extremo de la ciudad. (pág. 14. Farabeuf / Salvador Elizondo. 7ª Ed. México: FCE, 2009).
Es muy común que la historia transcurra en espacios cerrados.
Abriría la puerta inmediatamente después de que se produjera el ruido de las tres monedas al caer sobre la mesa y la vería de espaldas. En sus ojos se habría grabado la imagen de ese momento, de ese espacio donde la luz mortecina del atardecer se iba coagulando en torno a los objetos […] y vería todas las cosas que allí se encontraban como si fuera la primera vez que entraba en el salón. Junto a la puerta del pasillo la mesilla de hierro […]. Encima de la mesilla, colgada del muro, la copia, al tamaño, de un famoso cuadro […]. Entre las dos ventanas el tocadiscos […]. (pág. 22. Farabeuf / Salvador Elizondo. 7ª Ed. México: FCE, 2009). 
Por lo general, los detectives cuentan con un ayudante, que además sirve como narrador de la historia.
[…] Has formulado algunas conjeturas tales como la que se refiere al hecho de que, en cuanto la mujer oyó pasos en la escalera, se detuvo de espaldas ante la puerta, de tal manera que llegado el momento en que Farabeuf o el hombre entrara en el salón, éste no pudiera ver su rostro y sufriera con ello una confusión momentánea respecto a la identidad de ella. (pág. 95. Farabeuf / Salvador Elizondo. 7ª Ed. México: FCE, 2009).
La ética de los personajes principales es muy marcada: los buenos son demasiado buenos, 
—Pero no; tu cuerpo no estaba destinado a los placeres del desmembramiento de cadáveres en los rincones de una casa vieja. ¿Qué es lo que te ha hecho volcar el destino de tu vida anodina —tu vida de mujer— hacia ese cauce en el que el conocimiento es una cifra, un signo trazado indiferentemente pero cuyo significado encierra la clave de tu entrega, la definición absoluta de tu muerte? Usted está gravemente enferma como consecuencia de los excesos cometidos durante su viaje al Oriente. Sométase al tratamiento. (pág. 165. Farabeuf / Salvador Elizondo. 7ª Ed. México: FCE, 2009).
y los malos son totalmente malos.
Farabeuf hará las cosas con su habilidad usual. […] De pronto, casi sin que te des cuenta, te ceñirá con sus manos enguantadas. Colocará en tu cuerpo los diferentes aparatos que servirán para mantenerte inmóvil. […] Déjalo que rodee tu frente con esas correas, que apriete lentamente las llavecillas de presión en tus sienes, que introduzca en tus párpados, con toda la rapidez que le permite su extremada destreza, los relucientes clamps que aíslan los ojos dentro sus órbitas y los mantienen inmóviles y abiertos contra toda voluntad de cerrarlos. […] Con un gesto de su mano enguantada Farabeuf hará que todo vuelva a la penumbra. Proseguirá el espectáculo. Ahora serás tú el espectáculo. (pág. 181-182. Farabeuf / Salvador Elizondo. 7ª Ed. México: FCE, 2009).
Los métodos del detective para resolver el caso se basan en la observación, el análisis y la deducción.
Es preciso hacer un esfuerzo. Debes tratar de recordarlo todo, desde el principio. El más mínimo incidente puede tener una importancia capital. El indicio más insignificante puede llevarnos al descubrimiento de un hecho fundamental. Es preciso que hagas un inventario pormenorizado, exhaustivo, de todos los objetos, de todas las sensaciones, de todas las emociones que han ocurrido a esto que tal vez es un sueño. Debes recordar todas las circunstancias, aunque sea de una manera esquemática, dentro de las que se ha suscitado nuestro contacto. Es preciso, inclusive, recordar la hora del día, las condiciones atmosféricas. Una por una, haz el recuento de las visiones hasta que seas capaz de reconocer el verdadero significado de esa imagen absoluta que yo, aquella noche, te mostré y que te hizo desfallecer. Es preciso recordarlo todo, absolutamente todo, sin omitir absolutamente nada, pues todo puede tener una importancia capital, inclusive aquella mosca agónica que golpeaba insistentemente el cristal de una de las ventanas que daban hacia la calle sobre el jardincillo y a través de la cual podíamos ver a Farabeuf cuando llegaba o cuando se alejaba bajo la lluvia, caminando con dificultad, cargando su maletín de cuero negro. No lo olvides. Todo puede contribuir a darnos la clave de este misterio. (pág. 104. Farabeuf / Salvador Elizondo. 7ª Ed. México:FCE, 2009).
Uso muy marcado del suspenso para mantener el interés del lector.
Es preciso recordar las palabras que has dicho: “…aquel farallón”, y señalas un promontorio en torno al que los pelícanos revolotean tratando de cazar su presa. ¿Te refieres a eso? ¿Por qué trataste de huir? ¿Encontraron tus ojos un rostro imprevisto? ¿Pudieron discernir a través del vaho de ese ventanal un signo tenebroso, la línea de la vida en una mano cortada, un miembro amputado gratuitamente, conservado en formol a lo largo de los años, olvidado en el desván de una casa deshabitada, par que tú, tú que creíste olvidarlo todo ante la amenaza de aquella cuchilla que relucía como un astro filiforme en la luz del crepúsculo, lo encontraras un día? (pág. 165. Farabeuf / Salvador Elizondo. 7ª Ed. México: FCE, 2009).
Uso del despiste del lector: se le hace sospechar de algunos personajes.
Hubieras corrido a lo largo de aquella playa desierta. Hubieras corrido como tratando de escapar de ese sueño en el que yo te había aprisionado y sólo te hubieras detenido para volverte hacia mí convertida en la otra, transformada en tu propia antípoda y hubieras permanecido inmóvil durante algunos instantes, descalza, cerca de los vestigios de un castillo de arena, preguntándote a ti misma por qué yo te miraba tan fijamente sin reconocerte y hubieras recogido algo, un desecho marino y me lo hubieras mostrado como para tratar de ahuyentar esa sorpresa con que mis ojos hubieran tratado en vano de reconocerte y luego hubieras arrojado ese objeto a las olas olvidando con ello el camino que habíamos recorrido unos minutos antes y hubieras corrido nuevamente, alejándote desesperadamente de mí, […] (pág. 118. Farabeuf / Salvador Elizondo. 7ª Ed. México:FCE, 2009).
El objetivo de la trama es encontrar al autor del delito y descubrir su móvil.
Ahora toma el clatro en tus manos, recuerda aquella imagen, concentra tus pensamientos, y hazlo girar mientras repites para ti misma, mil veces si es posible, esa misma pregunta: ¿De quién es esa carne que hubiéramos amado infinitamente? (pág. 164. Farabeuf / Salvador Elizondo. 7ª Ed. México: FCE, 2009).
Conclusión
Salvatore Elizondo pone a disposición del lector imágenes, anécdotas, hechos, sucesos, indicios… para que como buen detective pueda, si es lo que desea, montar su propia versión o, por qué no, su propia película de un solo y único instante, detenido en el tiempo una y otra vez. 
Con la reiteración de estos sucesos, imágenes… que en principio pueden carecer de significado, el detective que todo buen lector tiene en su mente, puede llegar a resolver el misterio que se encierra entre las páginas de esta obra.
En un mismo plano, en un mismo instante todo sucede y nada ocurre. Todo está en las pistas que Salvatore nos deja entre las palabras de esta gran obra. 

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