La metamorfosis: “Un guión de vida forzado por el capitalismo”

La metamorfosis: “Un guión de vida forzado por el capitalismo”

KAFKA, Franz. Metamorfosis.
Obras completas de Franz Kafka. Edición de Vision Libros (1ª Ed. 1983)

«No es la conciencia la que determina la vida, sino la vida la que determina la conciencia».
- Karl Marx

Las consecuencias que el capitalismo produjo en la sociedad y, más concretamente, en la unidad familiar y en el individuo se representan en el relato terrorífico de Kafka, La metamorfosis. Cuando su protagonista, Gregorio Samsa, se despierta convertido en un escarabajo, su primer pensamiento es que tendrá que faltar al trabajo. Como Marx dijo «es la vida la que determina la conciencia». El guión de vida del personaje está marcado, por lo tanto, por un sistema capitalista que convierte a los individuos en meros trabajadores, engranajes dentro de una maquinaria sobre la que no tienen ningún control. Este eco resuena en la propia vida del autor, quien tuvo un buen puesto en una compañía de seguros y, por lo tanto, entendía las dinámicas del mundo del trabajo. Este texto se centrará en la obra de Kafka como crítica a la deshumanización y alienación producida por el sistema capitalista.
Desde el principio, Gregorio nos adentra en sus pensamientos y las cambiantes pulsiones entre su instinto y su conciencia: odia su trabajo, pero debe trabajar por su sentido de responsabilidad como miembro de una familia en la que él es el más «apto» para hacerlo y pagar la deuda de su padre. Esto sigue la conducta habitual capitalista que obliga a los trabajadores hábiles a ser los proveedores de sus unidades familiares. Gregorio como hijo, por lo tanto, es un buen hijo mientras pueda ejercer su rol como contribuyente a la economía familiar. Por otro lado, en la teoría de alienación de Marx, cuando el trabajo está impuesto por una necesidad puramente económica, el trabajador se aliena como individuo. La decisión de Kafka de convertir a Gregorio en un escarabajo refleja esta alienación de su humanidad de manera explícita y, como consecuencia, lo acerca a su instinto (una palabra unida más a los animales, en contraste con la razón del ser humano).
Lo absurdo de la escena impregna el relato de un humor oscuro, pero toca un tema más serio de cómo el valor que da la sociedad al trabajo influye en las relaciones interpersonales y con uno mismo. Obviamente, partimos de otra época debido a la fecha de la novela, escrita en 1915, pero aún hoy en día se pueden ver las consecuencias que el capitalismo tiene en la concepción del individuo y su agencia para cambiar su guión de vida. Aún más, se puede argumentar. Se podría decir, en términos contemporáneos, que Gregorio ha llegado a un proceso de burn-out, como defiende el filósofo Byung Chul Han en La sociedad del cansancio, una alienación y obliteración completa donde el individuo se vuelve un inadaptado (e inútil) por la sobreexplotación autoimpuesta, que Kafka ilustra convirtiéndolo en un insecto incapaz de desempeñar sus funciones ni de vivir. Si no es capaz de trabajar, Gregorio no tiene valor para nadie, incluso para él mismo. Marx defendía que el trabajador se considera en términos monetarios y su utilidad depende de su capacidad para trabajar. Por lo tanto, la vida de Gregorio pierde su utilidad y todo el sentido impuesto por un guión de vida limitado. Su familia rechaza su transformación y lo repudia, su jefe no lo tolera y él mismo se aleja poco a poco de su concepción de sí mismo y, por lo tanto, de su agencia como ser humano, como se ve a medida que avanza la historia: retiran los muebles de su habitación, sus sentidos se debilitan, no come ni bebe y acaba muriendo. Cuando se vuelve necesario que la familia trabaje, la empatía que aún quedaba hacia Gregorio se desploma, especialmente la de su hermana, cuyo camino va de la aceptación al rechazo en cuanto empieza a darse cuenta de que si él no puede ejercer su función económica dentro de la unidad familiar, le tocará ella.
El tema de la (in)comunicación también está presente. La comunicación aparece como una necesidad transaccional, como prima en el sistema capitalista. La única comunicación urgente es con los jefes, ya que cuando intenta comunicarse con su familia, el padre le lanza una manzana, la hermana lo rechaza y la madre se desmaya. De hecho, Gregorio es incapaz de comunicarse y que le entiendan. Ha internalizado el sistema hasta tal punto que comprende el comportamiento de su familia hacia él y los excusa constantemente - él es el monstruo, no ellos.
Otro tema estrechamente relacionado con el capitalismo es el mundo de las apariencias. Para la familia Samsa, más que una preocupación visceral por ver a su hijo convertido en insecto y la posibilidad de perderlo para siempre, «lo que detenía principalmente a la familia en aquel trance era la desesperación que le infundía el tener que concretar la idea de que había sido azotada por una desgracia, inaudita hasta entonces en todo el círculo de sus parientes y conocidos». El mundo de las apariencias está representado en la novela por el comedor, que es el espacio de la casa burguesa por excelencia, junto al salón, a los que los invitados podían acceder y que funciona como umbral límite para Gregorio, un inadaptado, un monstruo en los ojos de la norma. Cerca de su muerte, cuando ya está todo perdido, cruza este umbral ya que «a pesar del estado en que se hallaba, no sentía el menor rubor en avanzar por el inmaculado suelo del comedor», representando un rechazo a las reglas del sistema y una posible apertura a formas de vida alternativas (aunque luego acabe muriendo).
Leído como una crítica a las dinámicas capitalistas, La Metamorsfosis ilustra de una manera concisa pero brillante, cómo el trabajo impuesto por mera necesidad económica causa la alienación del individuo, y cómo la sociedad del cansancio puede remover la voluntad de las personas por sentir empatía por otros seres humanos. Por lo tanto, y siguiendo la cita de Karl Marx, son las estructuras las que tienen que cambiar (la vida) para que se pueda construir una nueva conciencia y que seres como Gregor Samsa puedan coexistir con los que se conforman con un guión de vida forzado por el capitalismo. 


Alberto Pickers (Grupo tarde)


Referencias:
1.     Manuscrito económicos y filosóficos (1844), de Karl Marx.

2.     La sociedad del cansancio (2010), de Byung Chul Han

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